Saturday, January 20, 2007

Track 2 (segunda parte)


Un tumor. Un puto tumor estaba marcando la sentencia de muerte a la persona que más amaba en el mundo. Una especie de demonio estaba reuniendo todos los miedos, frustraciones, desilusiones y desencuentros en una sola bomba de tiempo. La desafortunada situación enfrentó a cada uno de los miembros de la familia, en un trance sin final. Éramos como marionetas, manejadas por los hilos de la inercia y la confusión. Un ángel inesperado llegó a nuestras mentes y no se alejó sin antes dejar un veneno que recorría hasta el más inútil de los rincones de nuestra conciencia… era el ángel de la angustia.

¿Qué es el cáncer? ¿Cómo es su tratamiento? ¿Cuáles pueden ser las consecuencias? Apenas y sabía lo que era. Jamás viví la experiencia de compartir con una persona con cáncer. Sabía que era mortal y que, debido al tratamiento, muchos perdían el cabello, pero jamás imaginé que la enfermedad no es de una persona… es de todo su universo.
A diferencia de un resfriado común, que puede tratarse con simples medicamentos que se encuentran en cualquier farmacia, el cáncer es duradero, costoso y difícil de sobrellevar.
¿Qué se puede hacer entonces? ¿Cuál es el rol de la familia en todo esto? ¿Qué puede hacer una persona de catorce años en ésa situación sin caer en una crisis de nervios?

Por ésos días recibí el comentario de alguien que dijo: “Esta enfermedad es cincuenta por ciento mental y cincuenta por ciento físico. Se puede contar con todo el tratamiento médico disponible, pero si la voluntad del paciente no existe, entonces no hay nada que hacer”. Entonces, si el tratamiento se condiciona por la disponibilidad del paciente… entonces ésa persona debe tener el ánimo para seguir adelante. ¡Ahí estaba la respuesta! El apoyo fundamental de la familia. ¿Pero cómo darle ánimo a alguien en condiciones tan adversas? ¿Qué actitud hay que tener en estos casos? ¿Cómo darle la energía si ni siquiera uno está capacitado para asumir los acontecimientos?

Caí en un océano de dudas. Y no sólo dudas, era miedo… mucho miedo. Me sentía inútil, estúpida y miserable. Las cosas iban muy rápido y no había nadie que inspirara calma y esperanza. Mi mamá nunca lo asumió. Para ella, era una enfermedad de la cual se recuperaría rápidamente, y continuaría con su vida como siempre. Pero no fue así. Por otra parte, mi papá se enteró en pleno viaje. Al principio, no quisimos informarle de nada para que viajara tranquilo, pero el mal presentimiento pudo más y finalmente se enteró. No pudo regresar antes, a fin de cuentas, el dinero que obtendría por el viaje iba a servir para comenzar a pagar los gastos médicos que llegarían.

El oncólogo fue claro. El tratamiento comenzaba lo antes posible y en cuestión de una o dos semanas, mi mamá ya estaba hospitalizada. El ritmo de vida en la casa se aceleró estrepitosamente, y había que adaptarse a los nuevos cambios.

El colegio, los profesores, compañeros y en fin, gente desconocida para mí comenzó a acercarse y me atosigaban con preguntas y yo, inexperta y con poca personalidad, sólo lograba responder con frases escuetas. Ya no tenía motivos para sonreír y fue así, como los inicios de mi adolescencia, se vieron enfrentados a una realidad para la cual, había que tener fuerza y claridad para enfrentar lo que se avecinaba.

Creo que una de las experiencias más fuertes que viví junto a mi mamá desde que se le diagnosticó la enfermedad, fue la caída de su cabello. Recuerdo que una tarde, al regresar del colegio, llegué a casa con toda tranquilidad, pero al ver a mi abuela, el panorama cambió radicalmente.

- Abuela ¿qué pasa? ¿por qué lloras? – pregunté inquieta.
- Hija… se le comenzó a caer el pelo a tu mamá – contestó con un suspiro lleno de angustia.

Corrí a verla a su habitación y fue ahí que la encontré sentada en la cama llorando y con sus manos en su rostro. Lo que vino después fue un diálogo corporal. Me miró, y con sus ojos llenos de tristeza bajó su cabeza y me mostró las partes de donde su cabello había caído. Luego, pasó su mano lenta y delicadamente por su melena y gran parte del cabello que tomó se quedó en su mano. No puedo describir el horror que sentí ver al fin, de manera tan dura y cruel, las duras pruebas que somete el tratamiento. Desde que tenía uso de razón, recordaba cómo mi mamá cuidaba su cabello en una especie de rito y ahora, verla así…

Mi abuela me contó que minutos antes de que yo llegara, mi mamá había ido a tomar una ducha. Luego de un rato, escuchó el llanto de ella y el entrar al baño, la encontró sentada en la tina desnuda e inconsolable. Al acercarse a ella, vio cómo varios mechones de cabello estaban esparcidos en la tina aún llenos de shampoo.

Ése mismo día se decidió llevar a una peluquera a la casa y dar fin a todo ese sufrimiento. Fue así como su cabeza quedó completamente calva. Ya no había retroceso, ahora sólo quedaba seguir adelante…

Friday, December 08, 2006

Track 2 (primera parte)


...Desde mi concepción, la humanidad me obligó a contraer matrimonio sin consultar mi opinión. El novio, se llama "Abecedario". Cuando logré unir los primeros sonidos en mi boca, nacieron las primeras palabras. Malditas palabras. No soporto tener que tragar las reglas de redacción para expresar mis tormentos y mis deseos en un triste y blanco papel. Odio la frialdad y distancia que adoptan estos garabatos simbólicos, que no logran expresar el estallido de mis pensamientos. Quisiera que las letras fuesen infinitas, que el diccionario fuera una historia sin fin a ver si logro romper las esposas que me retienen en éste trance infernal. Sólo quiero que mi alma grite y se desangre en una catarsis eterna. Pero aquí estoy, frente a un universo que me colma la paciencia y no escucho ni el más mínimo saludo de alrededor.

Estoy sola. Para variar, sola. Me encuentro sentada en mi cama, viendo cómo mi vida pasa frente a mis ojos y yo sin saber qué es lo que sucede. Lo único que me resta es escribir. Quiero renacer y maravillarme con las simplicidades del mundo. Deseo profundamente sentir el temblor de mi corteza cerebral, al recibir un beso, o tal vez, admirar la belleza e inocencia de una flor en mis manos. Pero el humo de mi tristeza me asfixia y me domina. Llevo años escondida en un baúl de recuerdos que a partir de éste instante, comenzarán a escapar sin control.

No me importan las consecuencias. Ya no tengo nada que perder...

Todo comenzó el 31 de Octubre del 2000. Mi mamá tenía sus pies hinchados, al parecer por retención de líquidos. El problema era que no sabíamos el por qué de ésta situación. Tuvo que someterse a diversos exámenes y luego de descartar una posible consecuencia de su enfermedad a la tiroides, otras hipótesis surgieron. Se pensaba que tal vez, la "T" del sistema de anticoncepción que ella tenía en su cuerpo, se había salido de lugar. También pensamos que podía ser algún quiste que estaba complicando el sistema renal.

Así pasaron los meses, y sin ninguna respuesta satisfactoria. Se sometió a cuanto escáner y estudios existen. Pero fue durante el verano, cuando el comentario de una tía lejana nos alertó. Según ella, mi mamá tenía cáncer. Lo único que consiguió mi tía Sonia fue el repudio y rechazo del resto de la familia. Es que simplemente, era imposible.

Debido a las horas que mi mamá tenía que pasar entre médicos y trámites con la isapre, mi prima pequeña Carla y mi abuela a cargo de ella, se fueron a vivir con nosotros a Concepción para ayudar en la casa. Mi papá tenía planes de viajar a Noruega, a dejar el barco en el que trabajaba por lo que se ausentaría por cerca de un mes. Lo complejo de todo era que, el diagnóstico definitivo lo darían a conocer una vez que mi papá estuviera lejos de Chile.

El miedo era inevitable. Nuevamente la posibilidad de que se tratase de un cáncer, regresaba. Nadie de la familia estaba preparado para esto y menos mi mamá, porque según recuerdo, muy pocas veces la vi enferma.

4 de Abril del 2001. Cerca de las siete u ocho de la tarde, mi mamá y mi abuela, llegaron del médico. Recuerdo que mi abuela me retó, por algo que no hice y me disgusté.
¡Hazle caso a la Mamá Estela! - exclamó mi mamá enojada.
Ya, pero ¿Por qué me tratas así? No es para tanto - contesté molesta.
¡Tengo cáncer! - gritó con lágrimas en los ojos.

Quedé paralizada. No podía ser posible. Sentí que la burbuja en la que viví hasta ése minuto, explotó definitivamente. Mi hermano se acercó a mí y, mirándome, comenzó a llorar.

- ¡No llores, no seas cobarde! ¡Mamá no se va a morir! - le grité indignada.

Hubo algo en mí que hizo que me comportara de esa forma, supongo que mi inmadurez y mi incredulidad me jugaron una muy mala pasada, que alcanzó a durar unas horas porque, luego de eso, las cosas en mi mundo cambiarían para siempre...

Saturday, November 25, 2006

continuación Track 1


... Como no soy estúpida, tuve que realizar algunos cambios en mi apariencia tanto para estudiar como para trabajar. En mi primer lugar, durante el día soy Antonia, pero en la noche me llamo Amaranta. Me pareció que era un nombre entretenido y misterioso y que juega mucho con la personalidad que desenvuelvo en el rubro sexual. Por otro lado, mi apariencia también tuvo un cambio, y es que uso una máscara con mis clientes a fin de evitar encuentros desafortunados con algún conocido, porque obviamente quiero seguir teniendo la imagen de chica buena del campo.


Los cambios siempre son para bien, bueno, eso dicen. Estoy tranquila porque tengo todo lo que quiero aunque mis ambiciones por más persisten y crecen día a día. Pero como todo no es felicidad... también sacrifiqué muchas cosas. Sé que pensar en tener pareja o familia es un proyecto que no va conmigo. Algún día, dejaré este oficio y con mi título bajo el brazo empezaré una nueva vida, pero mi pasado siempre va a estar ahí, me perseguirá por siempre y no lo podré evitar. Ante eso... ¿Qué hombre querría tener un futuro junto a una puta?


Es miércoles y tengo certamen de álgebra. Me las arreglé en cuanto a los horarios para dormir, a fin de estudiar con tranquilidad. No tengo dudas de que me irá bien, pero el cansancio se me nota. De cualquier manera me levanté temprano y fui a la bliblioteca de la universidad. Para variar, las salas de estudio estaban llenas. Buscando y buscando, encontré por fin un puesto vacío junto a un tipo.


Me acerqué y con mis encantos le pregunté:


- Disculpa... ¿Está ocupado ése asiento?

- No, ocúpalo no más - contestó, mirándome con indiferencia.


Me molestó. Y es que nadie me había mirado de ésa forma, como si no fuera nadie. Aunque... hay que reconocerlo, es bastante guapo. Rubio, ojos color miel, labios gruesos y una mirada tierna y a la vez profunda. Me senté junto a él y así pasaron las eternas horas. Cuando decidí descansar un rato, dejé que mi frente se apoyase en la mesa y un suspiro salió de mí como tratando de sacarme todo el peso de encima. En ése momento, el tipo se levantó apurado y tomando sus cosas, salió disparado de la sala. Me imagino que estaba atrasado, porque entre tanto apuro se le cayó un cuaderno. Traté de avisarle de su descuido, pero algo en mí me lo impidió... algo que hasta hoy no logro explicar.


Recogí el cuaderno del suelo y lo abrí, para encontrar algún dato del tipo. No decía nada que me ayudara a devolverlo, pero unas letras grandes me llamaron la atención y que decían: "Bitácora de una ermitaña". Lo encontré curioso, pero lo que me impactó fueron las líneas que continuaban: "Mi pasado siempre va a estar ahí, persiguiéndome y no lo podré evitar".


¡Era lo que yo pensaba! Un escalofrío me hizo temblar de pies a cabeza. Sentí una curiosidad inmensa por averiguar de qué se trataba todo esto, porque, si la chica que escribió esto pensaba de ésa manera, es porque quizás también tiene algo que ocultar o, tal vez, algo que nunca pordrá borrar...


Continuará...

Friday, November 17, 2006

Track 1

"Váyanse todos a la mierda" fue lo que pensé mientras me sentaba en el viejo asiento del bus. No estoy para sermones, ni mandamientos morales acerca de la vida humilde, sencilla. No reniego de mi pasado ni del oficio de mi familia, porque sé que gracias a ellos ahora puedo estar dando éste paso tan importante. Pero no aguanto que la humildad se confunda con el conformismo de nuestro nivel socioeconómico. Soy mucho más que una mujer de veintidós años proveniente de una familia de campesinos. Siempre tuve que conformarme con lo poco y nada que teníamos, viendo cómo nuestros patrones llegaban en sus autos, hablando de sus casas, acciones, paseos al extranjero y llenándose la boca con su linaje y el abolengo que los caracteriza.
Quisiera, aunque fuera sólo por pocos minutos, la oportunidad de tener todo el poder y la plata de ellos. A veces, cuando era chica y veía el maltrato verbal de parte del patrón a mi papá, tenía ganas de matarlo junto a su familia y así, quedarnos con todo lo que nos corresponde por todas las gotas de sudor y sangre que dispusimos para que el terreno fuera lo que es, hoy por hoy.
Pero eso ya quedó atrás. Hoy voy viajando a Concepción, voy a entrar a la universidad a estudiar ingeniería, después de ganar las becas que necesitaba. Llevo los recuerdos de la maldita niñez y adolescencia, y prometí que nunca más pasaría por esos momentos. Prometí que haría todo lo humanamente posible para conseguir lo que quiero y no dejaría que nadie me lo impidiera... absolutamente nadie y algún día llegaré a la casa de mis papás con mucha plata y riéndome de mi pasado, como si todos esos eternos días, hubiesen sido un mal sueño.
Veo por la ventana del bus el paisaje que se aleja, un camino que se ensancha y una lágrima de nostalgia que se evapora como agua en ebullición. Las ventanas del ayer se aprestan a desaparecer y un nuevo comenzar comienza a despertar...
4 Meses Después...
Entré con éxito a mis clases. Me ha ido excelente y, aunque al principio pasé por necesidades ante el escaso dinero que tenía (ahorro de mis padres), puedo decir que estoy en mi mejor momento. Conseguí varios empleos en estos meses. Primero fui garzona, luego, atendí un ciber y ahora, gano mucho dinero en otro oficio. Un día estaba leyendo un anuncio en el diario, donde se solicitaban mujeres con bonita presencia. Fui al lugar donde me convocaban y me encontré con algo que no esperaba. Era una especie de audición para bailarinas de... un bar... bueno ya saben a qué me refiero. Al principio, se me vino a la mente los comentarios de mis padres y de la gente del campo respecto de las mujeres de "vida fácil". Yo siempre tuve mis reparos al respecto, creo que el fin justifica los medios. Pero también recordé los sueños que mi papá tenía para mí. Él soñaba con verme casada de blanco y todo ése tipo de sueños un tanto empalagosos que tienen los viejos y, todos los valores que siempre me inculcó en cuanto a descencia se refiere.
Sin embargo, mis necesidades eran mayores y mi ambición también creció, por tanto, estaba decidida a hacer lo que fuera por seguir adelante, aunque eso implique el repudio de la sociedad.
Sí, soy bailarina y... prostituta... y qué...
Continuará...

Tuesday, October 03, 2006

Banda sonora de mi existencia.

Hoy en radio Rock and Pop, en el programa "Conspiración Rock and Pop" hacían una pregunta muy interesante... ¿Cuál es la canción de tu vida? ¿Cuál es el tema que sí o sí debe estar en la banda sonora de la película que hablara sobre tu vida?
Soy una persona que difícilmente se conforma con nombrar una sola canción. Así como los estados anímicos, las canciones representan diferentes momentos. Hoy, para comenzar, quisiera hablar del temón: ENTRE MIS BRAZOS de LOS BUNKERS.
Sí, sé que a muchos no les gusta el sonido de LOS BUNKERS, y podrán tener sus motivos que por lo demás, respeto mucho... pero... ésta es una de las pocas canciones que me ha hecho llorar.
Me trae muchos recuerdos... todos en torno a la persona que más amé en mi vida: MI MADRE.
Siento que es ella quien canta esa canción. Alguna vez Francisco Durán, guitarrista, tecladista y quien escribió esta canción dijo que se trataba de la historia de un padre que está muerto y que le canta a su hija a través de los sueños y bueno, más claro echarle agua o no?
Mi madre nunca escuchó esta canción, pero no me cabe ninguna duda que, desde donde quiera que esté, me la habría dedicado... cómo olvidar el coro:
"Tu vida, mi vida
no se pondrán de acuerdo
sabes que no podrás dormir
entre mis brazos otra vez
Tu vida, mi vida
no se pondrán de acuerdo
cuanto nos pueden
defraudar los sueños
que tuvimos ayer..."
Cada vez que escucho los primeros acordes, la piel de gallina aparece al instante, y ni hablar de las lágrimas que corren por mis mejillas de manera totalmente espontánea.
Creo que es uno de los pocos puentes entre ella y yo...
Paz para todos y una pregunta... ¿Cuál es la canción de tu vida?

Thursday, September 21, 2006

Hablar sin que nadie escuche...

El tema de hablar solos creo que es interesante abordar. Verán, vivo sola y resulta a veces extraño el no hablar con nadie por cerca de dos o tres días.

Pero quizás es mucho más interesante ser una ermitaña urbana. Han habido ocasiones en que paso dos semanas sin salir de mi casa y aún así no me resulta complejo vivir de ésa manera. Es que si me dejan una radio, un par de libros y una guitarra, me doy por satisfecha.

Siempre estoy en constante búsqueda, en constante meditación. A lo mejor debería ser más sociable, carretear, llegar de amanecida, pero... yo no soy así.


"Desde muy chica que siempre estaba en mi casa, sin hacer ruido porque a mi mamá le molestaban los sonidos o ruidos fuertes... siempre viendo tele...

Ahora que ella ya no está siento siento que el concepto de familia murió con ella. Tengo a mi hermano que lo amo con toda mi alma, pero no tengo a mi papá. Cuento con él en términos económicos, pero hay dos cosas que faltan: honestidad y empatía.

Pretender que las cosas cambien es muy complejo, sobretodo si hay terceros involucrados. Han pasado 4 años desde la muerte de Victoria y pareciera que por cada día que pasa, las cosas se vuelven más tormentosas.

Lo que mi padre opina de mí es muy importante, a veces puede estar todo bien, pero si él considera que cometo algún error, por mínimo que sea, todo se derrumba. Por un lado, no me atrevo a dejarlo solo, por qué sé que sufriría, pero por otra parte me gustaría que sintiera lo que yo vivo a ver si se abren sus ojos..."

Lo que acaban de leer es una muestra de un proyecto que de poco a poco estoy llevando a cabo. Es una historia, mi historia, pero con otros personajes y en otra ambientación. Lo único que quiero es explotar y dejar que todo fluya de una vez. Hay muchas cosas que quiero involucrar en esto y ya estoy consiguiendo los permisos de algunas personas para referirme a ellas.

No tengo mucho más por agregar, sólo que ojalá todo salga bien.

Paz,
Poenauta.

Thursday, September 14, 2006

Soledad... existe en dos formas.

He estado leyendo mucho. De todo un poco... desde el periódico hasta los últimos libros que leí: "Juventud en éxtasis 2" y "A orillas del Río Piedra me senté y lloré". Hace tiempo escuché que quienes leían libros de autoayuda (principalmente libros de Paulo Coelho) estaban realmente desesperados. Me dolió un poco el comentario, pero creo que todos los libros en cierta medida pueden ser de autoayuda. Es decir, las palabras son sanadoras si se tienen buenas intenciones.

De a poco he ido descubriendo las cosas por mi cuenta. Ya no quiero más sermones, ahora quiero experimentar el amor del universo que se manifiesta día día en cada pestañeo que hago, en cada respiración, en cada olor que percibo.

Me siento viva. Nunca me había sentido tan viva como ahora. El frío ya no me atormenta, por el contrario, he encontrado el placer en las cosas que me resultaban molestas. Ahora, refiriéndome al título de esta nueva entrada... hay mucha gente que tiene miedo de la soledad y me pregunto ¿Por qué sienten a la soledad como algo negativo?

Creo que hay dos tipos de soledades. Una mortífera y otra "edificante" como lo dice unos de los libros que leí...

La mortífera es aquella que aterra, confunde, persigue, asfixia, daña... es la que todo el mundo aterra. Muchos se quedan en ella largos años. Sentirse abandonados es la cotidianeidad para ellos y la sensación de que nunca va a acabar termina con muchos en suicidios mentales e incluso, físicos.

La soledad se vuelve edificante cuando dos palabras maravillosas se conjugan en un verbo hermoso. Las dos palabras son: FE y VOLUNTAD, y el verbo es VIVIR.

No es ése vivir de ir y venir sumido en el consumismo, me refiero a ése vivir para amar. Amar todo... amar desde uno mismo hasta el exterior...

Hoy desperté con una sonrisa en los labios. Ayer tuve la oportunidad de ir a la universidad a ver a mi amigos y el foro estaba lleno... se estaba celebrando anticipadamente lo que serán las fiestas patrias y el ver a tanta gente en ése lugar fue maravilloso y, más allá de que varios estuvieran bajos los efectos de la marihuana y el alcohol, la alegría se sentía por doquier.

Nunca había visto a tanta gente en el foro. Es tan hermoso ése lugar, si hasta Fidel Castro alguna vez habló allí. Continuando con mi descripción, creo que hubo un instante mágico, en donde mi alma y corazón me dieron la señal de que algo nuevo comenzará... ¿Cuándo? No tengo idea, pero creo que más tarde que nunca.

Estoy tan feliz. Amo todo lo que tengo y tendré algún día. Amo desde ya a todos quienes serán mis nuevos amigos, compañeros en este camino que ahora estoy emprendiendo...

Lo único que me resta es decir... paz.

POENAUTA...